Es mejor usar dinero libre

Las monedas fiduciarias no dejan de perder valor y son controladas por una pequeña élite. Por otro lado, existen criptomonedas de código libre que no pueden ser infladas y funcionan en una red peer-to-peer, sin necesidad de un banco central o administrador único. ¿Por qué conviene prestarles atención y usarlas? ¿Cómo hacerlo?

Estas monedas no dejan de ganar valor en comparación con monedas fiduciarias, porque no se pueden crear de la nada como hacen los bancos centrales cuando les interesa. Es por ello que las personas que ahorran o invierten en criptomonedas tienen una gran ventaja respecto a las personas que ahorran en dinero fíat.

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Pero no se trata solo de una herramienta de inversión; son monedas que pueden usarse para comprar todo tipo de bienes y servicios. Existe una gran cantidad de empresas que aceptan criptomonedas. Si una empresa no las acepta directamente, es posible en muchos casos adquirir tarjetas regalo a través de empresas que hacen de intermediarios1. Es posible vivir solo utilizando criptomonedas; yo lo he hecho durante un tiempo y sigo usándolas en mi día a día.

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El impacto medioambiental del dinero fíat

Ignorantes discursean sobre el impacto medioambiental de las criptomonedas. No tienen ni idea. ¿Cuántas guerras han causado las monedas fíat y los juegos de poder de políticos y banqueros centrales?

Las monedas fíat son inflacionarias, por lo que fomentan el crecimiento económico (¿a costa de quién y de qué?). Esa inflación también atenúa el endeudamiento de estados, es como un impuesto invisible contra los pobres y las personas sin educación financiera.

Periodistas imbéciles, banqueros centrales y políticos intentan frenar la independencia y la privacidad financiera con prohibiciones y noticias sesgadas. No lo han conseguido ni lo conseguirán. Sería como intentar prohibir los metales preciosos.

Hay criptomonedas que son una basura, que no proporcionan privacidad, etc., pero no se puede meter todo en el mismo saco. Además, el impacto medioambiental es mínimo comparado con el de las monedas fíat. Hay criptomonedas que contaminan más que otras, claro. Para quienes más se preocupan por el medio ambiente, existen criptomonedas que no usan algoritmos de prueba de trabajo.

La privacidad que da cerrar el pico

Hay cosas que no debemos divulgar: el jaqueo de un sitio web, la compra de criptomonedas y de oro, un robo, etc. Para evitar ser identificados hay que usar tecnologías que permiten el anonimato (como Tor y redes privadas virtuales), pagar en efectivo y no mostrar documentos identificativos, eso está claro. Sin embargo, muchas veces olvidamos algo muy básico: cerrar el pico.

Crear una identidad digital anónima, por ejemplo, es muy sencillo: te registras con un nombre de usuario en una web usando una VPN o Tor y subes contenido. Perder ese anonimato, por otro lado, también es muy fácil: basta revelar algún dato relacionado con tu identidad real. Esas identidades digitales pueden tener datos, pero deben ser falsos. La manera de escribir también puede revelar nuestra identidad real, así que es recomendable hacer un esfuerzo para cambiar el estilo de redacción.

Las personas con las que interactuamos no deben saber nada que queramos mantener oculto, incluso aunque sean personas de confianza. Nunca sabemos si esas personas que hoy son de confianza lo seguirán siendo mañana. El estafador que vendió la Torre Eiffel dos veces, Victor Lustig, fue detenido porque su amante se puso celosa de una relación que tenía con otra mujer y decidió delatarlo.

Claro, muchas veces queremos fardar de nuestras proezas. Queremos presumir de nuestros jaqueos, queremos ostentar... Mejor no hacerlo. Es mejor ser humilde e inventarse alguna escusa. «Ese dinero me lo dio mi padre»; «tengo criptomonedas, pero poca cosa»... En resumen, lo mejor es cerrar el pico si no quieres que te pillen y tampoco quieres ser el punto de mira. No seas el tonto que presume de comprar 100 gramos de oro y se encuentra al día siguiente su casa desvalijada.